miércoles, 10 de diciembre de 2014

Hello identity

Cuando algunos dicen que no tienen facebook para quedarse afuera del sistema me cago de risa en su cara. Probablemente sea por resentida y por envidiar la ingenuidad de quienes creen en algo tan ridículo. Porque, digo, podés desear que Huracán vuelva a la A, anhelar con todas tus fuerzas que el pueblo Palestino sea libre y deje de sufrir bombardeos sionistas, inclusive vale desearle males a la Xipolitakis, pero ¿quedarse afuera del sistema? Daaaaaaaaaaaaaaaaaaaale! La idea de quedarme afuera del sistema me da terror, pánico, por varias razones:
1. La única forma de excusar mis terribles contradicciones de clase-idológicas-género-musical-peso-literarias-psicológicas-deportivas-vaginales-gastronómicas-democráticas es pertenecer a este horrible mundo capitalista inhumano mediático y frívolo.
2. Cuando me da paja salir, disfruto mucho teniendo amigos virtuales.
3. Aún sin contribuir concretamente a que haya menos pobres, menos violadas y más justicia, puedo tener pensamientos y publicaciones que me hacen sentir progre.
4. Creo que todos los puntos antes mencionados repiten, en definitiva, el punto 1.
En resumen, el punto 1 justifica mi decisión voluntaria inconsciente de no intentar la mentira de aislarme de este horroroso feo sistema.

Partiendo de tamaña sinceridad y claridad, paso a contarles de qué va esto. Lugares hay millones en el mundo, y millones de esos que nos gustan creer que son solo de uno, como si nos pertenecieran. Qué gran mentira! Acá me puse a escribir y propongo un lugar común. "Común" lo derivo, -porque sí, qué solo los griegos pueden derivar palabras?-, del "como uno". Uno escribe cuentos, edita fotos, graba narraciones COMO UNO quiere, COMUNO siente, común... ¿la cazás?

Aquí me presento yo; pertenezco al mismo horrible mundo que pertenecés vos; y está todo bien con eso. Es más, dentro de ese mundo alucino con crear oraciones comunes, como yo quiero. Además, no creo que sea posible no pertenecer.


2 comentarios:

  1. Tengo que decir que nada me gusta más que las contradicciones en una persona. Encontrar tan a flor de piel ese tipo de inconsistencias, que hasta las puedo presentir.
    Estar fuera del sistema me resulta tan utópico como infantil, no podemos salirnos del todo, pero sí podemos criticarlo, quejarnos del sistema. La queja es el lugar común que me gusta recurrir, a veces muy a menudo.
    Seguramente tenes muchas cosas para quejarte, y sin querer, a través de la queja comenzamos a socializar.
    Típico escenario, trillado incluso: charla de ascensor.
    '-Qué calor eh?'
    '-No se puede creer, ya no se puede respirar'
    Ahí lo tenes, la queja como catalizador, como lugar común, por que siempre hay algo de qué quejarse.
    Avanti mujer, regalanos más lugares comunes.

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    1. Usemos ese lugar común de la queja entonces, para meterrrnos bien adentro del sistema y pasear nuestras inconsistencias. Gracias!

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