sábado, 10 de enero de 2015

Estás frito, angelito

A veces cuando queremos a las personas lo hacemos ocupando lugar en ellas. ¿El cariño es una forma de ocupar lugares? Seguro. El problema, (probablemente solo de los tercos insistidores), es que corrés el riesgo de instalarte entero en ese lugar, y ya no dejás nada tuyo en tus otros lugares; como tu cuerpo, tu peso, tu voz. ¿O es el relleno que usamor para ocupar un lugar? Mis lugares son los que yo ocupo, adrede o sin querer queriendo. El cariño podría ser como una tercera dimensión, o como el camino de entrada a esa dimensión, ponele cuando dejás el cepillo de dientes, después el desodorante y finalmente los pen drives. Llega un momento en el que ya no quedan cosas tuyas en tu casa; igual que cuando ocupaste todo el lugar con el cariño y ya no tenés con qué ocupar los otros lugares. Qué cagada, man. Te limitaste los espacios que podrías ocupar. Y te hacés el romántico de que nada más que el acto de querer importa, ni vos lo creés.

El problema no es con qué queremos ocuparlos; no creo que sea malo dedicarse a ocupar lugares solo con cariño, pero creo que el coso (seguimos con la onda de que cuando personificamos un objeto, lo hacemos hombre), no puede estar en todas, le exigimos demasiado, y así cuando no está nos quedamos en ningún lugar... -Es raro hablar del cariño como "coso", sí.-

En el momento en que no tenés otro lugar que ese que ocupaste con cariño, estás frito. No nos quedemos sin desear lugares nuevos para ocupar, ni con la sensación de que no tenemos con qué ocuparlos. Si no te quedan peines ni bombachas en tu propia casa, andate buscando nuevos lugares, porque aunque quieras muy fuerte; el cariño no tiene sentido si es solo un lugar.



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