De vez en cuando salgo y pruebo si el mundo sigue podrido. ¿Salgo de
adentro mio? No, no hay que salir mucho. Antes de llegar a la esquina
descubrís que sos mundo. Y sí, está podrido. ¿Por qué no enseñan que ser
feliz es a lo podrido como el asado es al vino?
No es para todos
el pan, no es para todos la alegría y, ciertamente, no es para todos la
ilusión. Pero para todos el desconsuelo, y la mañana gris, y saber
desde dónde podemos partir. ¿Dónde? Desde el principio otra vez, dicen, a
construir.
"Tener la bravura de aceptar que estoy descalzo." Qué difícil, la puta.
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